Uno de los libros que me he leído en el recientemente terminado 2013 ha sido "Biotecnología en el menú". Desde ese momento, ha pasado a ser uno de mis libros de cabecera y a estar lleno de notas y líneas fluorescentes. Se ha convertido en uno de esos libros que llevas en el bolso cada vez que tienes que preparar una charla, tener un debate o simplemente, dar argumentos científicos al amigo que se escandaliza cuando oye eso de ¡¡comer transgénicos!!!
Porque es así. "Transgénicos no", pero no renunciamos a productos cotidianos que sí lo son (léase los billetes de euro, ropa de algodón, algodón sanitario, líquidos limpiadores de las lentillas, insulina, detergentes...). Ah, un momento, que estamos hablando de transgénicos en la alimentación ....¿Y qué?
"La opinión tan negativa que tiene la sociedad sobre los cultivos transgénicos no se corresponde con la realidad que de ellos reflejan los múltiples estudios e informes científicos. Los datos actuales desmienten la gran mayoría de los posibles riesgos que se esgrimen:
- Los cultivos transgénicos autorizados no plantean ningún problema de salud pública, ni de toxicidad, ni para los humanos ni para otros organismos. De hecho, son los cultivos más controlados y, a diferencia de los otros, aún no se ha documentado ninguna alerta alimentaria debida a su condición de transgénicos."
[...] Biotecnología en el menú (pág 110)
José María Seguí Simarro, es doctor en Biología y su obra de investigación se centra en el campo de la biología y la biotecnología vegetal. Actualmente es profesor del Departamento de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia e investigador del Instituto para la Conservación y la Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV). Su obra "El siglo de oro de la biotecnología vegetal" fue galardonado en 2010 con el Premio Prismas Casa de las Ciencias al mejor texto inédito de divulgación científica.
El original de "Biotecnología en el menú" fue publicado el año pasado en valenciano y la gran aceptación que ha tenido ha hecho que se publique la versión en castellano. Esta obra fue galardonada con el "Premi Europeu de Divulgación Científica Estudi General". que concede la Universidad de Valencia.
A lo largo de 7 capítulos, el autor hace un repaso completo y perfectamente documentado sobre las plantas transgénicas ¿qué son y qué no son?¿qué nos aportan? ¿qué opina la sociedad? Me parece muy importante que la mayor parte del libro esté enfocada a desmentir los mitos que rodean a las plantas transgénicas (salud, medio ambiente, dependencia de los agricultores) y al análisis de ¿por qué la realidad no llega a la opinión pública? al fin y al cabo, el debate no es científico sino social y político-económico.
Mención especial merece el capítulo 6 "Consecuencias de la desinformación":
Mención especial merece el capítulo 6 "Consecuencias de la desinformación":
"Los riesgos asociados con una percepción errónea de la realidad pueden llegar a ser más preocupantes y nocivos que los riesgos reales que estas nuevas tecnologías puedan implicar."
Biotecnología en el menú (pág 167)
"Como si de un círculo vicioso se tratara, los mensajes antitransgénicos cargados de ignorancia científica y de fanatismo a partes iguales no hacen sino fomentar esta misma ignorancia y fanatismo en quienes los reciben"
Biotecnología en el menú (pág 171)
El autor hace uso de un lenguaje muy claro y unos conceptos muy asequibles para cualquier tipo de lector. La lectura es rápida y amena, enriqueciendo el texto con algunas ilustraciones y fotografías que aclaran y completan el contenido. Los razonamientos son muy interesantes y, como he dicho al principio, muy bien documentados, lo cual no hace más que darle fidelidad y objetividad a lo que aporta.
En definitiva, para los que saben (y los que no) lo que son las plantas transgénicas, sus usos y aplicaciones y el rechazo injustificado que provoca en la sociedad europea actual, para todos, Biotecnología en el menú. Manual de supervivencia en el debate transgénico es un libro altamente recomendable.
En definitiva, para los que saben (y los que no) lo que son las plantas transgénicas, sus usos y aplicaciones y el rechazo injustificado que provoca en la sociedad europea actual, para todos, Biotecnología en el menú. Manual de supervivencia en el debate transgénico es un libro altamente recomendable.
La teleología comienza allí donde termina la ciencia. El problema es que muy a menudo es donde también comienza la divulgación científica y donde algunos científicos pierden los papeles sin molestarse en hacer alguna transición.
ResponderEliminarA esto hay que añadir que ahora confundimos divulgación científica con marketing agresivo tipo Mulet. La genética es ciencia, los transgénicos hacen uso de esa ciencia. Ese uso no solo tiene repercusiones para el consumidor sino también para los ecosistemas, para el modelo agrícola, social y económico.
Me cuesta entender la ceguera de algunos científicos salvo por lo que yo llamaría el sesgo de la retribución.
¿Es que nadie se detiene a analizar los balances energéticos en los rendimientos de la agricultura industrial, la llamada revolución verde? En la era preindustrial podían obtenerse 40 calorías de alimentos por caloría invertida, una energía de origen humano y animal y por tanto renovable. El la época actual necesitamos 10 calorías para obtener una sola caloría de alimentos, con una energía e insumos de origen fósil finitos y no renovables.
Ya he comprobado que quienes se dedican a la biotecnología están encantados de haberse conocido pero según la propia AIE el pico del crudo se produjo en 2006. Tenemos una agricultura basada en combustibles fósiles. No hay tractores eléctricos para el futuro. Si las tasas de retorno energético para los alimentos son deficitarias, poco mas o menos ocurre con los biocombustibles. Cambiar a un modelo basado en insumos biológicos exigiría multiplicar por 400 los actuales rendimientos por caloría invertida para igualar a los de la era preindustrial. Nos sobra genialidad, necesitamos sensatez. ¿De que religión sacan su optimismo fundamentalista?
Me he hecho un poco de lío con tu comentario. Mezclas divulgación científica con balance energético, calorías, combustibles e insumos sin saber muy bien por qué ni a dónde quieres llegar.
EliminarSi al empezar en tu comentario, con "teleología" te refieres a tecnología, no te puedo dar la razón porque justamente la RAE la define como "Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico". Por tanto, jamás puede comenzar donde termina la ciencia.
Si te refieres a "teología" entonces ya sí que me he hecho un lío del todo...
Generalizas bastante y eso es algo con lo que tampoco estoy de acuerdo. Yo no "confundo divulgación científica con marketing agresivo tipo Mulet". Hago divulgación científica, igual que muchísima gente, incluido Mulet. Al igual que "quienes se dedican a la biotecnología están encantados de haberse conocido" ¿?
Tengo poco que comentar ni que responder ya que como te digo, no te entiendo.
Lo siento. Debe ser que además de estar encantada de haberme conocido, debo estar algo espesa ;-)
Acabo de darme cuenta que teleología existe. Te pido disculpas. Cuando he consultado su definición "La teleología (del griego τέλος, fin, y -logía) se refiere al estudio de los fines o propósitos de algún objeto o algún ser, o bien literalmente, a la doctrina filosófica de las causas finales. Usos más recientes lo definen simplemente como la atribución de una finalidad u objetivo a procesos concretos." TODAVÍA ENTIENDO MENOS TU COMENTARIO.
EliminarLa cosa parece mas grave de lo que imaginaba. Yo me haría las siguientes preguntas ¿Qué es la ciencia? ¿Como diferenciar lo que es ciencia de lo que no lo es? ¿Cuales son los límites de la ciencia? y unas cuantas más. Porque se supone que si hacemos divulgación científica, acusamos de acientifismo o de estafador, al primero que nos lleve la contraria, flaco favor hacemos a eso que amamos y que llamamos ciencia. Pero vayamos al grano ¿porqué la teleología marca los límites de la ciencia? Alguien ya ha respondido a eso antes que yo y se me ocurre ponerte el enlace:
Eliminarhttp://lacienciaysusdemonios.com/2010/08/31/el-diseno-inteligente-como-explicacion-teleologica/
Entrados en materia, te doy mi propia versión. Veamos un ejemplo. Si mi comentario hubiese sido teleológico podría haber echado pestes de los transgénicos, haberte acusado de colaborar con la eliminación de la biodiversidad del planeta etc, etc. En una palabra, habría juzgado tus intenciones, probablemente te habrías ofendido, con toda la razón del mundo. Evidentemente, para eso no necesitamos la ciencia. La sociedad y el individuo son profundamente teleológicos. El problema de la teleología, del "estudio de los fines o propósitos de algún objeto o algún SER" es que necesitamos de ese SER. Puede ser un dios, un extraterrestre o alguien que conspira para engañarnos, pero siempre termina llevándonos a un callejón sin salida, especialmente si se niega a mostrar su presencia.
Veo en bastantes blogs que se autodenominan de ciencia que comienzan echando pestes de determinadas creencias sea, acupuntura, brujería, etc tal y como haría la Inquisición en sus buenos tiempos. ¿Que hacemos, quemamos en la hoguera a todas las tribus que en el mundo han sido? Juzgar las intenciones de otros no es ciencia. La ciencia se preocupa de relaciones causa y efecto, no de crimen y castigo.
Volviendo al comentario. Tu post trata de biotecnología y de transgénicos. La ciencia busca ampliar la frontera del conocimiento. La tecnología su aplicación por parte de la sociedad. Están relacionadas pero conviene diferenciar sus objetivos. ¿Y cuales son los objetivos de la tecnología? ¿producir comida o ganar dinero? Como ves la cosa se complica. Es un conocimiento que se puede usar como arma o como herramienta, para beneficiar a unos o a otros. Pero hablar de transgénicos es hablar de agricultura, de hecho son el máximo exponente de la llamada revolución verde. ¿Pero son los transgénicos parte de la solución a problemas como la crisis energética, cambio climático, etc o mas bien forman parte del problema?
En fin, te dejo enlace a un post de Juan José Ibañez bastante interesante sobre el tema
http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2013/07/02/142842
También puedes encontrar en el apartado de categorías cursos básicos sobre ciencia, periodismo científico, sociología de la ciencia, etc bastante interesantes.
PD: Perdona por lo de "encantados de haberse conocido".
Por cierto, sobre el pensamiento crítico. Algún administrador de NAUKAS me ha incluido es la sección de spam. Por lo que cualquier comentario en los post o quejas dirigidas a la revista van directas a la basura. Llegué a tu blog pensando que al menos debía haber algún colaborador que no pensara que el pensamiento crítico es lo mismo que criticar el pensamiento. Por suerte así ha sucedido. Si no es mucha molestia ¿te importaría transmitirles mi queja?
ResponderEliminarUn saludo
Tengo muchas, muchas preguntas que hacerme. Pero no tengo tiempo de filosofar ni de hacérmelas. Me miro al espejo una vez al día. :-(
ResponderEliminarPero tratando de contestar a tu última reflexión del comentario, GANAR DINERO se consigue con todo. Nada es gratis, ni siquiera lo que parece. Y no veo por qué han de ir separados. Toda la comida que ingerimos cuesta dinero, no es así? y no es transgénica.
La transgénesis (en agroalimentación), no es más que una herramienta con la que se pretende mejorar o introducir algo nuevo en lo ya existente.
En ningún caso sería una parte del problema. El cambio climático, crisis energéticas como tú dices... ya existían antes de los transgénicos. No tienen nada que ver. Estás mezclando cosas.
Te recomiendo que leas este post donde a lo que estás diciendo lo bautizaron como "falacia del modelo agrícola" http://diplotaxis.blogspot.com.es/2012/12/sobre-el-debate-de-transgenicos-en.html
Y por cierto, obviamente el "pensamiento crítico" es distinto de "criticar el pensamiento". Ahí estamos de acuerdo :-)
Saludos.
"Mucha gente ataca los transgénicos con el argumento falaz que podríamos denominar "del modelo agrícola", pero es que son cuestiones diferentes." ¿Por qué el argumento es falaz? Por supuesto que son cosas diferentes, lo que no excluye que estén intimamente relacionadas. La bomba atómica es algo diferente de la teoría de la relatividad, pero la una aplica los principios de la otra. Una modificación genética no es ni buena ni mala, no es intrinsecamente perversa pero tampoco es intrinsecamente beneficiosa. Una cosa es ciencia y la otra teleología. El uso que se hace de la misma, su forma de condicionar el modelo agrícola y económico, sus repercusiones indeseadas en el ecosistema pueden ser muy diferentes dependiendo de si nos guiamos por los deseos de una multinacional o un pequeño campesino. Estoy de acuerdo en una cosa, el debate sobre transgénicos es social y político-económico, aunque dudo mucho de que no haya debate desde la ciencia, pero si Monsanto y Cia manejan los estudios científicos tan bien como los bufetes de abogados me puedo esperar cualquier cosa.
ResponderEliminarSi hablamos de falacias, hablemos de la falacia ad hominen (http://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_ad_hominem)
como por ejemplo: "Como si de un círculo vicioso se tratara, los mensajes antitransgénicos cargados de ignorancia científica y de fanatismo a partes iguales no hacen sino fomentar esta misma ignorancia y fanatismo en quienes los reciben" Por tanto, si yo doy una opinión que cuestiona los transgénicos resulta que soy un ignorante científico y un fanático a partes iguales. No solo eso, sino que voy contagiando fanatismo y seudociencia al incauto que se atreva a escucharme. Muy halagador por su parte, pero esto es rechazar el mensaje desacreditando al mensajero. Y llegamos al callejón sin salida: si usted pone en duda mi integridad intelectual ¿Por qué motivo no puedo poner en duda la suya?