lunes, 31 de diciembre de 2018

La despensa del futuro combinará transgénicos, algas y comida ética

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José Miguel Mulet, Universitat Politècnica de València


A pesar de lo sobrevalorada e idealizada que tenemos la comida tradicional, la tecnología de los alimentos, la biotecnología alimentaria y las ciencias agrarias son algunas de las disciplinas científicas donde más se investiga y donde más resultados se obtienen cada año. La industria agroalimentaria ha sido de las que mejor han capeado la crisis económica de la última década y aún goza de muy buena salud.

¿Hacia dónde irán las tendencias en los próximos años? Viendo los últimos cambios, no es difícil hacer un ejercicio de prospectiva y tratar de adivinar qué vamos a encontrar en el supermercado en un futuro más o menos cercano.

Comida ética, ecológica, con sello

La moda de lo natural está muy implantada en la sociedad. Hay un creciente nicho de consumidores que, además de la calidad y el precio de la comida, mira otros factores como la ética de la producción y el impacto ambiental. El término natural ya no dice nada porque está sobreutilizado, y a nivel legal tiene una definición tan laxa que permite su uso en alimentos que en realidad no lo son.

El sello ecológico parece que ocupó el hueco de natural. Sin embargo, existe desde 1991 y no parece que esté triunfando. El gasto por persona y año en alimentos ecológicos es de 35 euros en España y de 350 euros en los países de Europa con más consumo, como Dinamarca o Alemania. Hablamos de un mercado minoritario si comparamos estas cifras con la media de 3.500 euros de gasto por persona y año en alimentación en Europa.

Su presencia en los grandes distribuidores de alimentación es todavía escasa, y la demanda del público se concentra en sectores muy determinados de la población debido a su alto precio. El nuevo reglamento de producción ecológica publicado en 2018 implica que los criterios para conseguir el sello van a ser más restrictivos. Esto encarecerá el producto y, probablemente, disminuirá las ventas y acotará todavía más el perfil de los consumidores.

No obstante, lo más probable es que alguno de los sellos alternativos que ya existen como KM0, Comercio justo o producción integrada ocupe su lugar. ¿Cuál será? El que ofrezca un valor añadido a nivel ético o ideológico (producción local, condiciones justas para los productores y limitación en el uso de pesticidas) sin que el incremento de precio o la disminución de la calidad sean exagerados.

Superalimentos

De forma cíclica aparecen en el mercado alimentos nuevos, o viejos que se vuelven a poner de moda, que se publicitan por sus beneficios (reales o ficticios) para la salud. En los últimos años hemos visto el ascenso y caída de las bayas de Goji, sustituida por la quinoa y las semillas de chía. También cómo el pan de trigo perdía popularidad frente a cereales como la espelta y el centeno, que hace unas décadas fueron descartados en beneficio del trigo.

La tendencia alimentaria se orienta a que la gente cada vez consuma menos carne, y opciones como el vegetarianismo y el veganismo están en alza. Probablemente los nuevos alimentos que van a ganar popularidad en los próximos años serán las algas chlorella, la espirulina obtenida de cianobacterias y, en general, cualquier alimento que sea apto para veganos y pueda aportar aminoácidos esenciales y vitamina B12, que son los mayores déficits en este tipo de dietas.

Transgénicos y CRISPR

La tecnología transgénica, a pesar de su escasa popularidad entre los consumidores europeos, sigue aumentando su presencia año tras año. Actualmente, Europa importa 91 variedades transgénicas, como algodón, maíz, soja, colza y una variedad de remolacha. Estas variedades se utilizan sobre todo para alimentación del ganado.

Hay que tener en cuenta que las variedades transgénicas en uso tienen unas ventajas orientadas hacia el agricultor, no hacia el consumidor, como puede ser tolerancia a insectos y herbicidas. No obstante, ya tenemos disponibles productos enfocados hacia el cliente, como el trigo apto para celiacos, frutas enriquecidas con antioxidantes, minerales y vitaminas. Probablemente, debido al marco regulatorio restrictivo, no nos lleguen como piezas de frutas, pero sí como parte de complementos nutricionales.
CRISPR se diferencia de la tecnología transgénica en que permite hacer una modificación sin incorporar ADN foráneo. Esto abrió la posibilidad a que los organismos modificados de esta forma no fueran considerados como transgénicos.

Parece que en Europa sí llevarán la etiqueta de organismo modificado genéticamente y en Estados Unidos no, lo que pone en clara desventaja a nuestra industria. Sin embargo, la aplicación de esta ley genera muchas incertidumbres, puesto que desde el punto de vista tecnológico no es posible detectar si se ha aplicado la tecnología CRISPR en un alimento. Por tanto, probablemente veamos estas modificaciones en los supermercados. De momento, en Estados Unidos ya se comercializa una variedad de champiñones modificada por CRISPR.

Dietas individualizadas

Cada vez es más normal encontrar gente que tiene algún tipo de alergia o intolerancia en su dieta. Es posible que no todo el mundo que alega padecer estos problemas tenga un diagnóstico correcto, pero la mera creencia en ser celíaco o intolerante a la lactosa hace que la gente consuma determinados productos y evite otros.

El número de alimentos disponibles orientados hacia ciertos consumidores va a seguir creciendo debido al aumento de la demanda y a la mejora de la tecnología que lo hace posible. El resultado será un abaratamiento del precio final, por lo que cada vez veremos más alimentos “aptos”, “sin” y “enriquecidos” en las despensas.

En conclusión, la comida del futuro será más, mejor y diferente.The Conversation

José Miguel Mulet, profesor titular del departamento de Biotecnología, Universitat Politècnica de València
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

El bosque, fuente y forma de vida

Me habéis oído decir muchas veces que nos enfrentamos a un gran reto en los próximos años: el de proporcionar una alimentación suficiente, segura, saludable y respetuosa con el medio ambiente, en un entorno que cada vez está siendo más castigado y donde la población crece a la vez que disminuye la superficie cultivable. 

Pero no solo tenemos por delante un reto alimentario. El mundo se enfrenta a un sinfín de desafíos en los próximos años. También debemos aumentar los servicios y bienes de consumo además de tratar de buscar alternativas a la utilización de combustibles fósiles, que son finitos y contaminantes. 




En este sentido, fue lanzada y adoptada el 13 de febrero de 2012, la Estrategia de Bioeconomía de Europa, cuyo objetivo es abordar la producción de recursos biológicos renovables y su conversión en productos vitales y bioenergía.

Fuente | European Commission. Haz click sobre la imagen para hacerla más grande

¿Y qué significa esta palabra?

Según esta Estrategia, la bioeconomía se define como el conjunto de las actividades económicas que obtienen productos y servicios, generando valor económico, utilizando como elementos fundamentales los recursos biológicos. Su objetivo es la producción y comercialización de alimentos, así como productos forestales, bioproductos y bioenergía, obtenidos mediante transformaciones físicas, químicas, bioquímicas o biológicas de la materia orgánica no destinada al consumo humano o animal y que impliquen procesos respetuosos con el medio, así como el desarrollo de los entornos rurales.

Fuente | European Commision
Haz click para hacer la imagen más grande.
Es uno de los mayores y más importantes sectores de la UE, representando unos ingresos anuales de cerca de 2.000 millones de € y unos 18 millones de puestos de trabajo. Es también un sector clave para incentivar el crecimiento en las zonas rurales y costeras. La UE ya financia la investigación, demostración e implantación de soluciones sostenibles inclusivas y circulares con base biológica, como es el caso de los 3.850 millones € asignados en el marco del actual programa de financiación de la UE Horizonte 2020. Para el período 2021-2027, la Comisión ha propuesto asignar 10.000 millones € como parte de Horizonte Europa a la alimentación y los recursos naturales, incluyendo la bioeconomía.

En definitiva, esta estrategia nace con la idea, dicen, de convertir la necesidad en oportunidad. Su misión es la de facilitar el desarrollo de la bioeconomía sostenible en España durante los próximos 15 años, con el horizonte de 2030, manteniendo la producción competitiva de alimentos y, a la vez, desarrollando y posicionando en el mercado una amplia gama de productos de alto valor añadido a partir de materias primas de origen renovable.


Se están produciendo muchos avances en el ámbito de las ciencias agrarias, alimentarias, la biotecnología y la química, y los que van a llegar en los próximos años, con ayuda de otras áreas como la ingeniería, la organización o la logística. El primer beneficiado será el sector agroalimentario y forestal español, tanto para atender la demanda interna como para avanzar en su estrategia de exportación e internacionalización. Además, la aplicación de este conocimiento a la utilización integral de los recursos de origen biológico y en especial a la revalorización de residuos y subproductos agroalimentarios y urbanos, va a permitir desarrollar otros sectores económicos que, utilizándolos como materia prima y mediante procesos biológicos, físicos, químicos o termoquímicos, podrán poner en el mercado diversos biomateriales (bioplásticos, lubrificantes, etc.), así como bioenergía (biocombustibles avanzados u otros aprovechamientos energéticos de la biomasa). El desarrollo del conjunto de la bioeconomía, como suma de todos estos sectores, en los que se engloban tanto las actividades tradicionales, como otras nuevas, mejorará la eficiencia de utilización de nuestros recursos, para optimizar su uso, avanzando hacia una economía sostenible y alejada del uso de recursos de origen fósil. 

La economía europea depende en gran medida de los recursos fósiles como fuentes de energía y de carbono, por lo que es vulnerable a la inseguridad y contracción del suministro y a la volatilidad del mercado. Para seguir siendo competitiva, la UE debe convertirse en una sociedad con bajas emisiones de carbono en la que las industrias que utilizan eficientemente los recursos, los bioproductos y la bioenergía contribuyen al crecimiento ecológico y a la competitividad. De hecho, forma parte de su propuesta contra el calentamiento global, fijando el fin de la utilización de combustibles fósiles para mediados de siglo. 




En particular, esto supone la utilización de fuentes de energía renovable como la energía solar, eólica, hidroeléctrica… pero también aquella proporcionada a partir de desechos agrícolas y forestales, residuos etc. e investigar sobre otros recursos renovables como las microalgas, muy eficientes en la fijación de CO2 y en la utilización de la energía solar para producir biomasa.

Chlorella sorokiana creciendo en un reactor de microalgas.
Fuente | Wikipedia


Junto con la demanda agroalimentaria que os mencioné al comienzo de este post, y que sería la actividad más relevante, otro grupo de actividades importantes que se incluyen en esta estrategia, ligadas al sector agroforestal, son las relacionadas con la obtención y transformación de la madera, el corcho, la resina, la producción de papel y otros productos industriales, así como la obtención de bioenergía y otros bioproductos, y los aprovechamientos y servicios ligados a los ecosistemas, que engloban desde actividades de recolección hasta turismo y ocio.

Y es que cuando pensamos en un bosque, estamos pensando en un domingo en el campo comiendo en familia o con los amigos y echando un día agradable hablando, jugando, recorriendo algún sendero o refrescándonos en alguna poza que forma parte del paisaje. Cada 21 de marzo, se conmemora el Día Internacional de los Bosques.


Parque Natural de la Sierra de Huétor, Granada. Imagen | bioamara©


Quizá no seamos conscientes de la importancia que tienen: 
  • Los bosques son una importantísima fuente de fijación de CO2, siendo el eucalipto una de las especies que más carbono secuestra, lo que ayuda a mitigar las repercusiones del cambio climático.


Dato medio de la fijación de CO2 anual por pie en toneladas. Fuente

  • Mejoran la calidad del suelo y reducen procesos erosivos.
  • Regulan el ciclo del agua.
  • Proporcionan protección y son hábitat de multitud de seres vivos.
Pero, además, para nosotros, suponen:
  • Una fuente de productos derivados y materias primas (frutos, compuestos de interés farmacológico, biomasa o madera de distintas especies forestales como pinos, eucaliptos, castaños, hayas, etc.)
  • Un espacio de recreo y turismo
  • Una protección acústica, puesto que nos hacen de barrera contra el exceso de sonido al que normalmente estamos expuestos
  • Una fuente de empleo muy importante

Por supuesto, todos los beneficios que (nos) puede aportar el bosque no existen sin una adecuada gestión forestal. Por ejemplo, ya sabemos que el riesgo de incendio forestal aumenta como consecuencia del abandono de los usos tradicionales de las tierras y de la reducción del pastoreo, que produce una elevada acumulación de combustible vegetal. En este sentido, tareas como la quema controlada y el pastoreo son actividades contempladas en un programa europeo de gestión sostenible del monte llamado Open2Preserve  y son fundamentales para la prevención de incendios forestales.

Pero vamos más allá. Podemos adquirir productos forestales como madera, papel o derivados, y para tener la certeza de que provienen de un bosque que ha sido gestionado de modo sostenible, existe la Certificación Forestal. Se deben cumplir una serie de requisitos, pero ese cumplimiento tendrá ventajas para los bosques y el mercado. 

Los dos principales sistemas de certificaciones internacionales son FSC (Forest Stewardship Council / Consejo de Administración Forestal) y PEFC (Programme for Endorsement of Forest Certification Schemes / Programa para el Reconocimiento de Esquemas de Certificación Forestal). 


En ambos casos, la Gestión Forestal Sostenible persigue la administración y uso de bosques y montes de manera que mantengan su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración y vitalidad. Asimismo, dicha gestión debe tener el potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes, a escala local, nacional y global, sin causar daño a otros ecosistemas (Conferencia Ministerial Helsinki, 1993)”.

Las certificaciones las realizan entidades independientes, no gubernamentales y sin ánimo de lucro y verifican que la gestión forestal cumple con los estándares ambientales, sociales y económicos, que se acuerdan de forma internacional por todos los sectores implicados. Finalmente, esa evaluación se reconoce mediante un sello.

Utilicemos lo que el bosque nos ofrece, sí, pero con responsabilidad y conciencia. Solo haciendo las cosas bien, lograremos obtener un beneficio dejando la mínima huella.

#CoñecementoParaTodos

Es un movimiento que nace por parte de un grupo personas con amplia base científica para tratar de aportar información sobre temas importantes que afectan al medio ambiente.

Referencias y más información:


lunes, 5 de noviembre de 2018

Mitos en el bosque: el eucalipto


La industria alimentaria, la cosmética o la salud, son temáticas que están plagadas de mitos que se han establecido en una parte profunda de nuestro subconsciente. Suele ocurrir con aquello que es cotidiano, nos afecta y, por tanto, nos preocupa. Continuamente se repiten argumentos como si fueran mantras e inexplicablemente perduran en el tiempo.

Sin embargo, se habla menos de la industria del papel, la madera, obtención de productos derivados (miel, esencias, fitoterapia) y ornamental, que comparten protagonista y tampoco se libra de ciertos mitos. Si hay un malo de la película en un bosque, es este. Hablamos del eucalipto.

Plantación de eucalipto | Wikipedia

Hoy me he propuesto aclarar algunos de ellos.

El eucalipto (Eucalyptus globullus) es una especie arbórea de la familia de las mirtáceas que procede de Australia y Tasmania. Fue introducido en España en el siglo XIX por Fray Rosendo Salvado según algunas fuentes, en un principio como árbol ornamental, pero se acabó extendiendo por toda Galicia, la cornisa cantábrica y parte de Andalucía para su aprovechamiento maderero, dado su rápido crecimiento y la facilidad de cultivo. Hoy en día, es un sector de gran importancia especialmente en el entorno rural, y concretamente en Galicia, que no solo contribuye a la riqueza del país, sino que genera 70.000 puestos de trabajo directos. 

Mitos

El eucalipto es un enemigo del suelo y termina agotándolo
No. La fertilidad del suelo es prácticamente la misma que si tuviéramos otro cultivo como pino o roble. A lo largo de 100 años de cultivo, no se han producido efectos de degradación ni se han agotado nutrientes. De hecho, se han replantado montes de eucalipto talado con manzanos, melocotoneros, pinares o viñas y se han obtenido cosechas idénticas o superiores a las de fincas colindantes donde no había eucalipto previamente.   

Favorece la erosión del suelo. 
Falso. Más bien lo contrario, ya que permite recuperar monte degradado y formar suelo, contribuyendo a su recuperación. Se ha usado como fijador de terrenos inestables, como dique de barranqueras o para desecar terrenos encharcados y pantanosos ya que tiene la particularidad de tolerar bien las escorrentías. 

Desplaza a otras especies vegetales nativas o autóctonas.
Falso. El eucalipto es una especie alóctona, que no es lo mismo que invasora, o al menos así lo recogió el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, puesto que no la incluye en su catálogo oficial de especies invasoras. Sin embargo, algunos documentos así lo afirman y se está presionando para incluirla. Se tiende a pensar que lo autóctono es bueno y lo alóctono, malo. Como cuando se dice que lo natural es bueno y lo artificial es malo. No. Si fuéramos coherentes con esa afirmación, el maíz, el tomate, la patata, los naranjos o el arroz, todos cultivos de gran importancia en España, tendrían que ser considerados especies alóctonas y, por tanto, perjudiciales porque desplazarían nuestras especies nativas. 

Es un monocultivo, así que es perjudicial.
Sí, es un monocultivo. ¿Y qué? Casi la mitad de la producción de aceite de oliva nacional está en Jaén. Si bien es cierto que en caso de enfermedades o plagas la dispersión sería rápida, también es verdad que el control es más fácil de realizar. Además, tiene la ventaja de alcanzar en poco tiempo una producción masiva, poder alcanzar un precio más competitivo y no requerir tanta mano de obra, lo cual es positivo en ambientes rurales donde escasea. 


Detalle de las hojas de Eucalyptus globullus | Imagen CC

Es el origen de los fuegos y la rápida propagación de los incendios en Galicia. 
Las especies pirófitas, entre las que se encuentra el eucalipto o el pino, son aquellas que han evolucionado con la ecología del fuego, es decir, soportan ambientes con gran incidencia de incendios. Esto no significa que ardan más fácilmente que otras. De hecho, el eucalipto es tan inflamable como la encina o el pino y menos que el tomillo. Tiene más facilidad para resistir incendios porque, aunque se queme su parte aérea, puede rebrotar desde la base. De esa forma, posee ventaja frente a otras especies que no están tan bien adaptadas.

Uno de los estudios científicos más importantes sobre la “selectividad” del fuego en función de la especie arbórea, indicó que el matorral mediterráneo, autóctono, podía favorecer más los fuegos que el denostado eucalipto

Los incendios no comienzan en los bosques, sino en pastizales o matorrales muy secos y, en cualquier caso, no se ha visto una relación directa entre la presencia de eucaliptos y la incidencia de incendios. De hecho, en los concellos donde hay más eucaliptos, no se dan más incendios. La clave no es la especie en sí, sino el contexto general de un espacio boscoso, su estructura, y si ha sido gestionado con eficacia (aquellos con planes integrales de mantenimiento son menos combustibles).


#CoñecementoParaTodos
Como he empezado diciendo en este post, hay muchos mitos establecidos sobre distintos temas que se dan por ciertos. La información en la actualidad es abundante, pero hay que saber seleccionarla. Para ello, #CoñecementoParaTodos nace promovido por un grupo de personas con base científica con el propósito de aportar información rigurosa al alcance de cualquiera. 


martes, 28 de agosto de 2018

La seguridad del glifosato no depende de lo que diga un tribunal



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Rosa Porcel, Universidad Politécnica de Valencia


En pocos días hemos sido testigos de un par de sentencias que ciertos grupos ecologistas podrían considerar una victoria. Estos ven en la tecnología aplicada a la alimentación un problema, más que una herramienta para mejorar nuestras vidas. En esta ocasión le ha tocado a Monsanto, recientemente adquirida por Bayer.

Veamos qué ha ocurrido.

El 10 de agosto, un tribunal de San Francisco (California, EE UU) condenó a Monsanto a indemnizar a Dewayne Johnson con 289 millones de dólares por daños y perjuicios. Este jardinero de 46 años padece un cáncer terminal y asegura que se debe a su exposición a un herbicida de la multinacional. Se trata de un linfoma no hodgkiniano, un tipo de cáncer en los linfocitos de la sangre.

El herbicida es el Roundup®. Su principio activo, el glifosato.

La situación de Johnson es dramática, por supuesto. La preocupación social por los productos químicos usados en agricultura es creciente. Pero, ¿es esto cierto? ¿Nos están envenenando?


Campo sembrado en Estados Unidos. Unsplash, CC BY

¿Qué es el glifosato y cómo funciona?

El glifosato, bajo la marca Roundup®, fue introducido por Monsanto en 1974 y se ha convertido en el herbicida más usado en agricultura. Desde el año 2000, en el que expiró su patente, lo comercializan más de 20 empresas. Es barato, efectivo y seguro.
Sí, tan seguro como cualquier otro producto químico con el que se sigan las instrucciones para su manipulación y aplicación. A nadie se le ocurriría beber lejía, amoníaco o desatascador de tuberías, ¿verdad? Aun así, son comunes en nuestros hogares.

La ventaja del glifosato es que es tóxico para lo que queremos eliminar: plantas. Su principal uso es la eliminación de malezas en agricultura, pero se aplica también en parques y jardines públicos y privados.
Su mecanismo de acción es simple. Impide la formación de ciertos aminoácidos que necesita la planta para vivir, cuya ruta de síntesis es exclusiva de las plantas. Gracias a eso el glifosato no presenta toxicidad en animales.
Para que nos hagamos una idea: la cafeína, el vinagre y el paracetamol tienen índices de toxicidad mayores que el glifosato.
El herbicida es absorbido por las hojas (no por las raíces) y su vida media es muy corta (22 días), por lo que sus efectos acumulativos tienen un impacto mínimo. Se aplica, el producto circula, y al cabo de unos días la planta muere.

El verdadero éxito del glifosato llegó a mediados de los años 90, cuando Monsanto empezó a comercializar plantas modificadas genéticamente para resistir al glifosato. Esto permitía utilizarlo para eliminar las malas hierbas sin que el cultivo se viera afectado. La ventaja ambiental y económica era notable, ya que la cantidad necesaria de herbicida se redujo.
El uso de estas semillas se disparó a la velocidad que disminuyó el de herbicidas. En cualquier caso, por si alguien lo está pensando, en Europa no hay ningún cultivo transgénico resistente al glifosato.



Marcha contra Monsanto en Vancouver. Rosalee Yagihara/Wikipedia, CC BY

¿Qué dice la ciencia sobre su toxicidad? ¿Es cancerígeno?

En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a la OMS, calificó el glifosato dentro del grupo 2A. Esto quiere decir que es “probablemente carcinógeno para el ser humano”, junto con profesiones como trabajar de peluquero, en una freiduría y ser artesano del cristal. Está al mismo nivel que tener turno de noche, consumir carne roja y las bebidas muy calientes. Nada de esto ha sido prohibido.
Cabe destacar que esta lista se elabora teniendo en cuenta el nivel de evidencia que existe y no cuantificando el riesgo que tienen las sustancias.
Esta decisión entraba en conflicto con los informes aportados unos meses después por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), donde un estudio sobre los efectos del glifosato llegó a la conclusión de que “es poco probable que [el glifosato] suponga un riesgo carcinogénico para los humanos”.

La decisión inicial de la IARC ha estado rodeada de sombras desde el principio. Se descubrió que la agencia había omitido información clave en su informe, que respaldaba la seguridad del producto. Esta información no llegó a ver la luz. También se ha criticado la metodología utilizada por la IARC junto con posibles conflictos de interés del panel evaluador.


Imagen gráfico. Chilebio, Author provided


La decisión que tomó la IARC va en contra de lo que estimaron en 2016 los otros 3 programas de la OMS/FAO que evaluaron la posible toxicidad del glifosato. El Programa Internacional sobre Seguridad Química, el Grupo Central de Evaluación y las Normativas para la Calidad del Agua Potable, (todos de la OMS, al igual que la IARC) dictaminaron que “es improbable que el glifosato presente un riesgo carcinogénico para los humanos por la exposición a través de la dieta”.
Este ir y venir despertó dudas sobre la independencia de los estudios y los intereses de unos y otros. Desde entonces se suceden nuevas evaluaciones independientes, que suponen tiempo y dinero, para tratar de demostrar otra vez su seguridad.

A día de hoy hay más de 800 estudios e informes de organismos oficiales además de la EFSA (el último de este mismo año) y la OMS/FAO. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), la Autoridad de Protección Ambiental de Nueva Zelanda (EPA), la Agencia Canadiense de Reglamentación de Gestión de las Plagas de Canadá (PMRA), la Comisión de Seguridad Alimentaria de Japón (FSC), la Administración de Desarrollo Rural de Corea (RDA) y el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR). Todos concluyen que es poco probable que el glifosato sea carcinogénico para los humanos. ¿Se necesitan de verdad más estudios?

¿Hay alternativas al glifosato?

Se han intentado métodos alternativos. Tras varias pruebas de los Ayuntamientos para eliminar el glifosato de nuestras ciudades, han vuelto a usarlo. Es el caso del Ayuntamiento de Sevilla. La realidad es que actualmente ningún otro herbicida es capaz de sustituirlo, debido a su efectividad, precio y escasa toxicidad.
Hay herbicidas extremadamente tóxicos. Para los anfibios, las atrazinas. Para el ser humano, el paraquat. Ambos están prohibidos en la UE desde hace unos años, pero siguen siendo de los más utilizados en Estados Unidos a pesar de la abrumadora evidencia en su contra.
Los datos dicen que dejar de usar el glifosato tendría consecuencias socioeconómicas importantes. Solo en nuestro país, más de 2.000 millones de euros y 5.000 puestos de trabajo se perderían. En la Unión Europea, su uso se ha renovado hasta 2022.

Volvamos al Tribunal Superior de San Francisco. Dado que no se pudieron hallar pruebas que pudieran relacionar el uso del glifosato y el linfoma no Hodgkin de Johnson, el jurado determinó que Monsanto no advirtió en el etiquetado del producto del riesgo para la salud.
¿El glifosato era potencialmente cancerígeno? Según la IARC, sí, y por tanto debía indicarse en el etiquetado
¿Pudo haberle provocado un cáncer al Sr. Johnson? En la categoría 1 de la IARC, “carcinógenos para el ser humano”, encontramos el sol, tabaco, alcohol y las carnes procesadas. Todos ellos han demostrado ser cancerígenos. Por esa misma regla, un enfermo de cáncer podría demandar a empresas cárnicas y tabacaleras.

¿Cómo demostrar que el cáncer ha sido consecuencia de un solo factor -de ese en concreto- y no de varios? Todo esto es demasiado complejo y casi imposible de demostrar. ¿Debería el salchichón ibérico incluir un etiquetado advirtiendo de que es cancerígeno?

Monsanto se enfrenta a un proceso judicial largo si pretende apelar. No será la última vez: esperan 5.000 demandas similares. Con independencia de su resultado, el glifosato seguirá siendo seguro.

Una sentencia es una resolución, a veces acertada, a veces no, de un caso concreto en unas determinadas circunstancias. Las sentencias judiciales nunca sustituyen a la evidencia científica. Y eso es lo que debería prevalecer, siempre.The Conversation


Rosa Porcel Roldán, Investigadora en Biotecnología Vegetal, Universidad Politécnica de Valencia
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

jueves, 31 de mayo de 2018

La CIENCIA de la INMORTALIDAD. De los elixires a los telómeros [reseña]

Como introducción.

Debo admitir que el tema me interesa, y que, dentro de mis conocimientos (no soy una experta ni trabajo en este campo), trato de estar al día mediante la lectura, entrevistas a gente relevante del área, y documentales que abordan el tema de la longevidad y el envejecimiento en el ser humano. Ya os adelanto que no hemos conseguido (aún) vivir eternamente, pero la Ciencia avanza a un ritmo vertiginoso, y de momento, hemos llegado a alargar la esperanza de vida 40 años en apenas un siglo! Vamos, que solo en cuatro generaciones, hemos conseguido duplicar los años que vivimos. 

¿Qué pasará en el futuro?





El autor.

Alejandro Navarro.
Imagen de Grupo Almuzara
Alejandro Navarro (Madrid, 1961) es bioquímico y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Durante más de veinte años ha sido directivo internacional en compañías multinacionales del sector del petróleo y las energías renovables, en particular Exxon-Mobil y BP.
Como experto en organización de empresas, ha colaborado con varias universidades (ICADE, UNED, UAM...) y medios de comunicación, y ha publicado artículos en diversas revistas especializadas.
Investigador, divulgador y gran conocedor de la historia de la ciencia, está especializado en ciencia y tecnología en la antigüedad, en particular en aquellas áreas relacionadas con la química.
Ha publicado otros libros de gran éxito como El científico que derrotó a Hitler y otros ensayos sobre la Historia de la Ciencia, El secreto de Prometeo y otras historias sobre la Tabla Periódica de los Elementos y Los vikingos de Marte y otras historias científicas sobre la búsqueda de vida extraterrestre, todos ellos de la misma editorial que este libro, Guadalmazán.

Tuve el placer de conocer a Alejandro fugazmente en la charla que di en Valladolid con motivo del evento Naukas "La ciencia del futuro" el pasado mes de septiembre, pero me bastó para poder confirmar lo entrañable que es en Twitter, donde lo podéis encontrar tras el nick @Alexny_85


El argumento.

Todos los libros del Grupo Guadalmazán, de la Editorial Almuzara tienen algo en común a simple vista. Su portada es siempre reconocible y tienen una cuidada y elegante cubierta, que a mí, personalmente me encanta.

La Ciencia de la Inmortalidad, de los Elixires a los Telómeros -es el nombre completo de este libro- viene en un formato de tapa blanda, ilustrado en blanco y negro y tiene 204 páginas.

Tras una introducción que empieza con un relato (muy bien buscado, porque ya engancha nada más empezar), encontraremos 8 capítulos y un epílogo donde el autor nos transporta en un viaje recorriendo la Historia para comprender que la búsqueda de la inmortalidad no es algo que persigamos recientemente. Durante este viaje, encontraremos respuesta a preguntas como ¿existe algo de cierto en las leyendas sobre los vampiros? ¿hay realmente una fuente de la eterna juventud? ¿hay animales que rejuvenecen como Benjamin Button? ¿si nos congelamos podremos revivir cuando se encuentre la cura al motivo de nuestra muerte? ¿quién fue el misterioso conde de Saint Germain?

Rosalía Lombardo,
fallecida hace 98 años
En el capítulo Momias, embalsamadores y santos corruptos, veremos cómo la muerte burla a algunos, pero solo en apariencia. Realmente parecen muy vivos, a pesar de que alguno de los que el autor nos trae, tiene más de 5000 años de antigüedad. Tengo que destacar un caso tan especial, que yo misma le dediqué un post. Es la historia de Rosalía Lombardo, también llamada la momia más bella del mundo. 

En el capítulo El secreto de los zombis y el alimento de Drácula el autor nos presentará el verdadero origen de los zombis y de los que conocemos como vampiros. La verdad es que es uno de los capítulos más fascinantes del libro. En él, se trata uno de los casos de vampirismo (aunque retorcido y muy complicado) en un personaje histórico encarnado en la condesa húngara Erzsébet Báthory. Se da la casualidad de que hace unos días, antes de empezar a leer este libro, escuché el programa de "Elena en el país de los horrores" (un podcast de crónica negra y criminología) y hablaron de este personaje con todo detalle. Me parece interesante dejaros el enlace por si queréis conocer sus horrendos vicios un poco mejor... no apto para personas hipersensibles.
Y hablando de sangre y vampiros, quedaos con el nombre de esta patología: porfiria eritropoyética congénita.

Del bíblico Matusalén al enigmático conde de Saint Germain nos trae personajes que han alcanzado más de 100 años. Y de 200. Y de 800. ¿Leyenda o realidad? Hmmm...

En Pócimas, elixires y una fuente para la eternidad, encontraremos de qué estaban hechos los preparados a los que se les atribuía el poder de la longevidad, aunque siendo sinceros, poco ibas a durar teniendo en cuenta la composición. Es curioso cómo nunca hemos dejado de buscar la fórmula mágica y lo que ha variado a lo largo de la historia. ¿La melatonina o el resveratrol podrían ser buenos candidatos? Ojo. Desde hace mucho tiempo, la industria de la cosmética pone parte de su empeño en tratar de relacionar cualquier molécula prometedora con una crema o píldora que te rejuvenece.

Turritopsis nutricola,
la medusa inmortal
La naturaleza también tiene casos curiosos, interesantísimos de ejemplares o especies muy longevas. Buscando envejecer tarde entre la criaturas del Señor, nos muestra ejemplos de cómo están programados algunos organismos para vivir más tiempo. Árboles, insectos o la medusa Turritopsis nutricola, de la que también hablamos en este blog hace algún tiempo y que podéis ampliar aquí, se hacen un hueco en este capítulo.

Entramos en una ciencia más profunda con El "soma desechable" y las islas de la longevidad, donde el autor nos explica la teoría del gen egoísta, la relación entre la longevidad y el género y por supuesto, cómo influye el estilo de vida que llevemos. Está claro que un porcentaje de los años que estamos predestinados a vivir está determinado genéticamente, pero un porcentaje mayor, lo constituyen los hábitos que desarrollemos de alimentación y estilo de vida.

La ciencia continúa en El gusano elegante y el reloj del juicio final, para explicarnos las causas biológicas del envejecimiento, el organismo modelo de estudio y los fármacos que se están desarrollando o podrían ser potencialmente útiles. Esperanzador.

Finalmente, Cabezas congeladas, humanos mejorados y misterios de la mente, abre una nueva puerta para aumentar la longevidad y retrasar el envejecimiento haciendo uso de la medicina regenerativa y la tecnología. Da un poco de vértigo solo imaginar lo que la criónica o la inteligencia artificial sería capaz de conseguir.

Con el epílogo, el autor nos trae lo que nos puede deparar el futuro. Bastante realista. Inquietante.

Mi crítica.

El libro es una delicia, no solo por la información que aporta sino por la forma de hacerlo. Está continuamente salpicado de hechos reales y leyendas donde la Historia y la Ciencia se dan la mano durante todo el camino.

Las imágenes se agradecen entre el texto, y más allá de ilustrarlo, ofrecen información adicional que sin duda lo enriquece, aportando en muchas ocasiones curiosidades muy interesantes. Además, pocas veces he visto unas notas a pie de página tan detalladas.

Confieso que es, hasta donde soy capaz de recordar, el libro que más veces he cerrado y abierto. En muchas ocasiones, se menciona algo que me ha hecho cerrarlo durante unos minutos para buscar en el móvil una imagen. Ha sido capaz de captar mi atención y querer saciar visualmente aquello de lo que estaba hablando antes de seguir con la lectura.

Por supuesto, como gran divulgador científico, el autor domina el lenguaje, empleando los términos adecuados para acercarse al gran público, y huyendo así de tecnicismos en un libro que, como este, aborda algunos aspectos científicos del tema del envejecimiento. Por tanto, no hay un público objetivo que requiera tener una base científica, para nada. Cualquier persona va a entender y a disfrutar este libro.

Yo misma lo he disfrutado muchísimo.

Hay una parte de La Ciencia de la Inmortalidad que ha despertado una serie de sensaciones desagradables en mí, y supongo que en cualquier lector. Angustia, preocupación e incertidumbre ganan durante esas páginas pero creo necesario que también se hable de ello y creo que el autor (experto en Ciencia y Economía) es perfecto para darnos esa bofetada de realidad.

Como él mismo dice:

"El desafío que se nos presenta por delante es de tal magnitud y son de tanto calado sus potenciales consecuencias que debemos estar abiertos a escenarios nunca vistos a lo largo de toda la historia de la humanidad, en lo que constituirá una nueva realidad en la que la economía, la sociedad y las relaciones entre personas adoptarán formas y modelos muy distintos a todo lo que hemos conocido hasta la fecha."


En definitiva, un libro muy recomendable para abordar el pasado, presente y futuro de una de las inquietudes que ha movido al ser humano desde el origen de los tiempos. Si llega el día en el que se consiga, solo falta saber si te gustaría ser inmortal.




Otros libros del autor.


viernes, 4 de mayo de 2018

Transgénicos sin miedo. Una reseña personal [libro]

Como introducción.

Tenemos delante un libro escrito por uno de los mayores expertos en transgénicos de nuestro país. Recién considerado un influencer de la ciencia en España según un estudio de investigadores de las Universidades de Salamanca y Valladolid, es toda una suerte poder leer un libro escrito por él, donde contamos con información muy valiosa sobre uno de los temas más polémicos que nos afecta a todos. Los transgénicos llegaron hace mucho tiempo para quedarse y hasta ahora, no han demostrado más que su capacidad de hacernos la vida más fácil y, en ocasiones, darnos la solución a problemas fundamentales. 





El autor.

JM Mulet (Denia, 1973) es licenciado en química y doctor en biología molecular por la Universidad de Valencia. Actualmente es profesor de biotecnología en la UPV y dirige el Máster en Biotecnología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV). También tiene su propio grupo de investigación en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) donde trata de desarrollar plantas tolerantes a la sequía o al frío.

Además de docente e investigador, yo creo que a estas alturas ya podemos decir sin ninguna duda que se ha consagrado como autor de relevancia en divulgación científica. Comenzó en Ed. Laetoli escribiendo "Los productos naturales ¡vaya timo!" en 2011 [reseña] y posteriormente, Ed. Destino tuvo el acierto de ficharlo para publicar "Comer sin miedo" en 2014 [reseña], "Medicina sin engaños" en 2015 [reseña], y "La ciencia en la sombra" en 2016 [reseña]. "Transgénicos sin miedo" aparece en 2017 como, seguramente, el libro más esperado de JM Mulet. Y su producción literaria continúa... Atentos al día 5 de junio. 

Pero su labor divulgativa no queda solo en sus libros, sus post en Tomates con genes y en Twitter, sino que como persona a la que le apasiona la interacción con el público, no es difícil encontrarlo dando conferencias aquí y en otros países, charlas en institutos o universidades e incluso participando en medios de comunicación. Sus colaboraciones periódicas las realiza en Cadena Ser, donde podéis encontrarlo en el programa Hoy por Hoy con Toni Garrido en una sección especial de escepticismo, colaborando con Luis Alfonso Gámez y Tom Kallene o en Ser Saludable con Sara Tabares. También en El País, participa en "Ciencia sin ficción".


JM Mulet junto a Jesús Soria en Ser Consumidor.
Imagen de Pilar Martínez

Considera un deber divulgar. Como os digo, le apasiona, y es un facilón al que le cuesta dar un no por respuesta cuando le proponen una participación.


El argumento.

Transgénicos sin miedo (Ed. Destino, 2017) tiene 288 páginas y está estructurado en dos partes claramente diferenciadas. El propio autor presentaba su libro en su blog como el libro que siempre quiso escribir. (Y nosotros leer, añado).

BLOQUE 1.
Por un lado, 4 capítulos se encargan de descubrir al lector aspectos que probablemente no conoce sobre los transgénicos. Vamos a comenzar desde el origen, porque desde la aparición del hombre, algo habrá tenido que comer ¿no? El autor nos ofrece un recorrido fascinante a través de la aparición de la agricultura y cómo hemos modificado los alimentos para obtener las mejores cualidades de ellos. Sí. He dicho modificado los alimentos. Porque hace miles de años, ya se modificaban los alimentos. La agricultura hizo que se determinara de alguna forma el éxito y el poder de las civilizaciones. Las que tenían alimento prosperaban, y así se crecía. 

Para entender lo que es un transgénico, tenemos que meternos un poco en el concepto de gen. A mucha gente le preocupa que comamos genes, e incluso piensan que solo los transgénicos tienen genes... ¿comemos genes? ¿vamos a morir? Un poco de ingeniería genética para dummies al alcance de todos, para entender que es un proceso relativamente sencillo.

Y finalizamos el primer bloque con uno de los capítulos imperdibles. Bueno, 80 páginas leídas y me sigo preguntando ¿y para qué narices sirve un transgénico? Quizá algunos lectores asocien este término con alimentos, que son los que más sufren el acoso por parte de ciertos sectores ecologistas, pero queridos amigos... hay transgénicos mucho más allá del campo cuando no lo destrozan. Muchos fármacos como la insulina, hormona del crecimiento etc, se obtienen a partir de organismos modificados genéticamente. Muchísimos ejemplos más, algunos sorprendentes se obtienen de esta forma. Es más, mirad a vuestro alrededor. Estáis rodeados de ellos. 

BLOQUE 2.
El segundo bloque consta de 8 capítulos centrados en desmentir todo lo que se ha dicho sobre los transgénicos. Si os fijáis, estamos hablando del doble de capítulos para tratar de eliminar mitos. Según la Ley de la Asimetría de la Estupidez, de Alberto Brandolini, "la cantidad de energía necesaria para refutar una tontería es de un orden de magnitud superior a la necesaria para crear dicha tontería", así que hay que hacer uso de un enorme esfuerzo para tratar de subsanar el daño y el mal trato que han recibido los transgénicos a lo largo del tiempo. 

Ratones del estudio famoso
de Séralini de 2012
En estos 8 capítulos el autor hace un repaso de los mitos más extendidos. Seguro que los habéis oído todos. Lamentablemente son repetidos como un mantra y han calado en nuestra sociedad. Leed esta parte de libro sin prejuicios y dispuestos a APRENDER.

1. Salud
-Son malos para la salud. 
-Provocan cáncer. 
-Tenemos más alergias por su culpa. 
-Comemos genes de otros organismos y no sabemos qué efecto pueden causar en nosotros. He visto unos ratones que han comido maíz transgénico y tenían unos tumores del tamaño de pelotas de ping pong... estudio que por cierto, fue retirado tras ponerse de manifiesto errores importantes en el diseño del experimento, análisis de resultados, etc, pero que fue republicado tiempo después sin someterse a ninguna corrección en una revista de menor relevancia y dedicada al medio ambiente, como indica el propio JM en su libro. 

La información parcial y manipulada hace muchísimo daño, y el bombazo que a todos se nos quedó grabado en la retina fue el sufrimiento que tuvieron que padecer las ratas con el desarrollo de estos tumores salvajes (la ética del bienestar animal se la pasaron por el Arco del Triunfo. 

2. Medio Ambiente
-Los transgénicos hacen que se pierda biodiversidad. 
-Favorecen el monocultivo. 
-Se pueden cruzar con otras especies y contaminarlas.
-Hay semillas estériles... terminator creo que se llaman. Ya ves, ¡el nombre lo dice todo!
-Bueno, vale, hay un maíz que es resistente al taladro la plaga más importante que afecta al maíz porque produce una proteína tóxica para para estas orugas, pero también será tóxica para otros insectos y hasta para nosotros si lo comemos!!  

Deinococcus radiodurans, una
bacteria todoterreno 
Nada de esto es cierto. ¿A que pensabas que lo era? Es más, quizá te sorprendas cuando descubras que los transgénicos pueden ser beneficiosos para el medio ambiente. Recordemos que cada transgénico es un caso independiente y que no debemos generalizar. Pero ¿te has planteado que se pueden usar transgénicos para descontaminar el suelo o el agua tras un vertido tóxico? (recuerda el desastre del Prestige en 2002). O para eliminar un elemento concreto (cadmio, plomo..) del suelo. Esto ya existe y otros están en camino. Igual que microorganismos que "comen" plástico o petróleo. ¿A que esto ya no parece tan malo?

Te voy a poner un ejemplo: Hay una bacteria llamada Deinococcus radiodurans que tiene la particularidad de soportar una radiación brutal. Para que te hagas una idea. Un ser humano está muerto con 6 Gray (unidad de medida de dosis de radiación absorbida). Esta bacteria soporta una dosis instantánea de 5000 Gray sin inmutarse. Pues por ingeniería genética se ha conseguido que esta bacteria además de vivir en un entorno radiactivo, pueda descontaminar mercurio y tolueno, de manera que es útil en la descontaminación de desechos radiactivos resultantes de la fabricación​ de armas nucleares.

3. Desequilibrio social.
-La tecnología está en manos de unos pocos, los ricos.
-MONSANTO. Lo tengo que poner en mayúsculas porque es la única empresa que conocen los que siempre están con el mismo tema y cometen el error de "Monsanto como único argumento"
-Los agricultores están obligados a sembrar semillas transgénicas. Son esclavos de las multinacionales.
-Hay que pagar una patente.

Otro capítulo de los imperdibles, de los que hacen reflexionar. Estas y otras cuestiones sociales, esas que nos interesan a todos, tienen respuesta aquí.

En el capítulo 8, veremos la situación de los transgénicos en el resto del mundo. Europa es un caso especial... cuesta explicar cómo una zona que solo tiene autorizado un evento transgénico dedicado a la alimentación (el maíz MON810) es capaz de importar casi 90 variedades de productos transgénicos. ¿Qué ocurre en EE.UU, México, Sudamérica y el resto del mundo?

El capítulo 9 aborda algo que también preocupa, sobre todo al que sigue pensando que va a morir por comer transgénicos: el etiquetado. Aprovecho para recordar que en España, al igual que en el resto de la Unión Europea, es obligatorio desde 2003, así que...

Etiquetado indicando de forma explícita que
contiene soja modificada genéticamente. 
Los últimos capítulos nos recuerdan la información que circula por internet y en medios de comunicación y que la mayoría de las veces, poco o nada se parece a la realidad. Las campañas informativas del lobby ecologista son muy potentes. Invierten mucho tiempo y dinero en dar información sesgada y muchas veces alarmista que luego cuesta mucho esfuerzo aclarar.

Fallamos en el aspecto de la información, sobre todo porque la mayor parte de nuestro tiempo la pasamos encerrados en nuestros laboratorios. Y cuando salimos y nos animamos a participar en un debate, nos ponen como contrincante a un activista ambiental. Falacia del principio de equidistancia. Esto le ha pasado al autor de este libro en numerosísimas ocasiones, igual que a José Pío Beltrán, profesor de investigación del CSIC, toda una autoridad en el tema, frente a un activista ambiental.

El capítulo 11, más centrado en política y asociaciones ecologistas, quizá ha sido el menos interesante para mí, pero no por ello el menos importante. Que determinados sectores se empeñen en difundir información falsa o protagonizar actos vandálicos destrozando campos experimentales o atentando contra la vida de científicos que trabajan con transgénicos, me parece de todo menos banal.

Y por último, el capítulo 12, aunque es el final del libro, es el comienzo de una nueva tecnología que está dejando un poco atrás algunos transgénicos. No por falta de interés, eficiencia o uso, sino por la la regulación que ahora mismo hay en torno a los CRISPR, mucho más laxa que la que implica a los transgénicos. Al no llevar ADN foráneo (de otro organismo), no se considera transgénico y por tanto, no está sujeto a la misma y super estricta regulación europea. Tiene más ventajas que los OMG y JM nos lo cuenta.


Mi crítica.

Transgénicos sin miedo, era el libro más esperado de JM Mulet. Hablamos de un científico que se desenvuelve en este área trabajando con transgénicos desde hace 20 años, los conoce bien, y aprovecha esta ventaja para poder divulgar sobre este tema desde el origen de los tiempos. Escribir este libro era algo que tarde o temprano tenía que ocurrir.

Es una lástima que no apareciera hace más tiempo, antes de que calara el mensaje sensacionalista promovido por grupos que además de intereses, les movía en muchas ocasiones un profundo desconocimiento de la realidad ... o no. El caso, es que la sociedad relaciona el término transgénico (y glifosato) con alimentación (cuando hay otros tipos de transgénicos) y con peligro.
Las palabras clave de cualquier conversación con alguien no experto sobre este tema (y a mí me ha pasado con la familia) son: cáncer, alergias, Monsanto, enfermedades, pobreza, monopolio, biodiversidad, suicidios en los agricultores de la India... No culpo a esas personas. Muchas veces es la información que se le ha hecho llegar.

A ese grupo va dirigido este libro. Me gustaría que lo leyeran como si nunca hubieran oído hablar de los transgénicos. Que fueran gente abierta, razonable, que se plantearan por un momento la posibilidad de que pudieran estar equivocados en algo. El autor (que no cobra de ninguna empresa biotecnológica) acude a su propia experiencia y a fuentes rigurosas, entre ellas libros escritos por autoridades en el tema, científicos de alto nivel con muchos años de trayectoria, para dejar constancia (de una vez por todas) de lo que lleva mucho tiempo contándonos una y otra vez en redes sociales y en medios de comunicación.

A esas personas que tenían conocimiento previo sobre los transgénicos y se han tenido que enfrentar en alguna ocasión a una pregunta inquisitiva sobre el efecto en la salud, medio ambiente, etc. este libro va a ser un gran libro de consulta. Todos los mitos y leyendas posibles están contemplados y ampliamente desarrollados, así que os será de gran ayuda para el diálogo y la información.

En definitiva, es un libro necesario y para algunos, imprescindible. No hay muchos libros que aborden el tema de los transgénicos de una forma tan clara y rigurosa.  El estilo de la pluma de JM Mulet es siempre inteligente e irónico y lo recubre de experiencias dándole más riqueza al contenido. Se lee muy fácil, ya que ni siquiera el capítulo más "técnico" es complicado de asimilar para el que no tenga una formación científica básica.

Otro gran libro de Mulet.


Otras reseñas.


Dónde comprarlo.

¿Queda alguien que no lo haya leído aún? ¡No me lo creo! :DD Transgénicos sin miedo (Ed. Destino 2017) lo vais a poder encontrar en formato papel y kindle en Amazon y en formato papel en cualquier librería o grandes almacenes.

Cómpralo aquí



PD. Agradezco al autor la mención de este blog "La Ciencia de Amara" como fuente de consulta y, de forma especial, el privilegio de haberme permitido leer y disfrutar el manuscrito de Transgénicos sin Miedo. 

El próximo, ¿Qué es comer sano? también de la Ed. Destino, sale a la venta el 5 de junio, aunque disponible ya en la preventa de Amazon.

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