Hace no poco tiempo, más de 400 millones de años, que comienza esta historia. En el origen de las plantas terrestres. Claro, hemos de recordar, que por aquel entonces, la Tierra era muy diferente de como la conocemos ahora, en cuanto a paleoclima, paleogeografía de los continentes y por supuesto, biodiversidad. Pero aún así, allá por la era Paleozoica, en el Ordovícico (445-485 Ma) y Cámbrico Superior (544-500 Ma), se inicia la colonización de las plantas a los ambientes terrestres, aquellas primeras briófitas, (descendientes de las algas verdes y predecesores de los actuales musgos, entre otros) que colonizaron suelo.
Mucho verde, pero todo marino. Hasta ahora.
Sigamos imaginando. En aquel momento, seguramente las primeras plantas terrestres sufrieron las latitudes extremas de alguna de las masas continentales junto con las elevadas concentraciones de CO2 (20 veces superiores a las actuales), la falta de filtros de radiación UV, fuertes oscilaciones térmicas y posiblemente fotoperíodos largos (tanto de luz como de oscuridad). Todo esto, pudo condicionar sin duda, sus estrategias vegetativas y reproductoras.
Mucho verde, pero todo marino. Hasta ahora.
Diorama del periodo Ordovícico. Bajo el mar. Fuente |
Diorama del periodo Cámbrico. Bajo el mar. Fuente |
Sigamos imaginando. En aquel momento, seguramente las primeras plantas terrestres sufrieron las latitudes extremas de alguna de las masas continentales junto con las elevadas concentraciones de CO2 (20 veces superiores a las actuales), la falta de filtros de radiación UV, fuertes oscilaciones térmicas y posiblemente fotoperíodos largos (tanto de luz como de oscuridad). Todo esto, pudo condicionar sin duda, sus estrategias vegetativas y reproductoras.
Nos situamos en el tránsito entre el Ordovícico y el Silúrico (445-447 Ma) y es ahora cuando tuvo lugar el segundo de los mayores eventos de extinción de la Historia. Toda esta biodiversidad se vio sorprendida por una profunda glaciación, que esquilmó gran parte de la vida marina (trilobites, braquiópodos, bivalvos, etc). Extinguió el 85% de la fauna, y dificultó los intentos de seguir colonizando el ambiente terrestre por parte de plantas y hongos.
Quizá fueran esas condiciones las que hicieron que comenzara esta historia de amor. Como dice una de las canciones de mi admirada Vanesa Martín "Porque el momento de encontrarnos llegó en plena tormenta, y aunque mis velas te buscaban mi dirección estaba quieta..."
Micorrizas teñidas de azul en la raíz de una planta. Vesículas, arbúsculos e hifas intrarradicales. Fuente |
Algún día se conocieron en medio de estas condiciones ambientales. O los presentaron, quién sabe. A pesar de su diferencia de tamaño, hubo feeling. Ella era alta, verde, esplendorosa y saludable. Él, pequeñito pero seguro de sí mismo. Y la conversación terminó en algo así:
(La) PLANTA: Hmmm, está bien. Puedes colonizarme. Soy dulce, así que daré todo el azúcar que requieras y el espacio que necesites para crecer y expandirte. Más vale que te conformes con eso porque no puedo darte más y tú me necesitas a la fuerza.
(El) HONGO: Acepto. Me parece justo. A cambio, yo te daré fósforo. Una vez que esté dentro de ti, creceré tanto, que con mis brazos -micelio fúngico- te proporcionaré nutrientes y agua que de otra manera no conseguirías. Y cuando haya sequía, sal en el suelo, frío, un herbívoro o algo que te perturbe (que a mí también lo hará), intentaré protegerte.
Y dio comienzo una maravillosa historia de amor. Básicamente, en esto consiste la simbiosis micorrícica.
Localidad de Rhynie. Fuente |
Se ve que no les ha debido ir nada mal. Han basado su relación en el respeto, la comunicación y la confianza. Han cumplido ese pacto respetuosamente, porque 400 millones de años después, ahí están, juntos y sin apenas haber evolucionado, al menos por parte del hongo, porque las plantas sí que se han diversificado muchísimo .
El fósil más conocido y determinante, recibe el nombre del lugar donde fue encontrado. Es el fósil Rhynie, de unos 408 Ma. Procede de un yacimiento paleontológico de principios del Devónico, Rhynie Chert, localizado en los alrededores de la ciudad escocesa de Rhynie, a unos 50 Km de Aberdeen. Este yacimiento constituye un ecosistema per se gracias a la acción de agentes naturales que garantizaron su conservación. La importancia de este fósil a pesar de que no es el más antiguo encontrado, radica en que sí demuestra la relación amorosa. Queda constancia de la simbiosis ya que se aprecian las estructuras simbióticas del hongo, los arbúsculos, formaciones dentro de las células con forma de arbolitos, donde tiene lugar el intercambio de nutrientes.
Estructura del hongo del fósil Rhynie (arriba) y actual (abajo). 408 millones de años (Principio del Devónico) |
Es posible que haya documentos que evidencien la existencia del hongo también en Suecia en el periodo Sirúlico, pero los más antiguos proceden de la Formación Guttenberg, de la dolomita de Wisconsin, datada del Ordovícico Medio. El hallazgo se sitúa entre hace 460 y 455 millones de años y lamentablemente no demuestra el amor entre ambos, sino simplemente, que ya rondaba por ahí.
Formas y tamaños de esporas del hongo fósil y actual. Adaptado de Redecker et al. 2000 |
Como veis, hay amores que duran y aunque haya pasado el tiempo, mucho tiempo, han sabido adaptarse a los cambios y las nuevas condiciones que supone la evolución en 400 millones de años. Se han hecho fuertes juntos, y a pesar de ser tan distintos y venir de familias tan lejanas filogenéticamente, por su propio bien, han sabido desarrollar un lenguaje (bioquímico y molecular) que les permite ser un equipo. Han respetado su espacio y funciones. Actualmente, siguen siendo una pareja bien avenida y superan con éxito la mayoría de los problemas a los que tienen que hacer frente. A veces el medio es implacable y les sorprende con períodos de sequía, de frío, de salinidad o algún vecino molesto como un patógeno o herbívoro decide visitarles alterando sus vidas. Es entonces cuando se dan la mano, y juntos, siguen adelante... como siempre han hecho.
Nota: Algunas metáforas usadas en este texto se basan en la personificación para darle el punto de humanidad a la historia.
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Más info:
- Honrubia M. Las micorrizas: una relación planta-hongo que dura más de 400 millones de años- Anales del Jardín Botánico de Madrid. Vol. 66S1: 133-144, 2009 rjb.revistas.csic.es/index.php/rjb/article/download/334/328
- Porcel et al. (2012). Salinity stress alleviation using arbuscular mycorrhizal fungi. A review. Agron Sustain. Dev 32:181–200
- Redecker et al. (2000) Glomalean Fungi from the Ordovician. Science 289: 1920-1921
Maravilloso post Rosa! Me ha encantado. :)
ResponderEliminarMil gracias Carlos!!
EliminarAunque es mi tema de trabajo y lo conozco, ha sido como si mientras lo estaba escribiendo, hubiera tomado conciencia de la maravilla de esta relación.
Muchas gracias por pasarte por aquí :-)
Si es que eres más tierna... :) una historia muy bonita a la par que interesante. Disfruta del resto del día :*
ResponderEliminarjejejejeje el puntillo romántico que no falte en un día como hoy no? ;-)
EliminarGracias Paulilla, espero que hayas disfrutado tú también el día.
¡¡¡Qué maravilla!!!!!
ResponderEliminarNo tenía ni idea de este tipo de asociación y mucho menos de que fuera tan antigua.
Muchas gracias por este post y por el blog, es genial
Hola Anónimo y bienvenido!
EliminarEs una asociación no muy conocida pero como ves, tiene sus años. En el post aparece un link donde se habla un poquito más de esta simbiosis, por si te interesa conocerla.
Gracias a ti por tu comentario :-)
Amara tienes don para divulgar Ciencia.
ResponderEliminarNo conocía al matrimonio Micorriza, (supongo que ya se puede hablar de matrimonio si llevan 400 millones de años juntos, XD) En Ciencias Naturales de Bachillerato sí me habían presentado a la pareja Liquen. Ahora que eres cronista del corazón, estaría bien que un día también "chafardeases" en casa de esa pareja y nos contases como se conocieron, si se llevan bien o discuten habitualmente y si tienen futuro juntos o no les va tan bien como parece,... :-)
Gracias y saludos.
Albert... uff, me siento halagada. Gracias por el cumplido!!.
EliminarSí. Efectivamente podemos hablar de matrimonio y te puedo contar muchas cosas de ellos porque viven conmigo desde hace bastante tiempo. Preparando este post, me surgió otro que os traeré próximamente y será sobre el lenguaje que utilizan para comunicarse.
De vez en cuando discuten (como todos los matrimonios), pero en general, les va bastante bien... :-)
Gracias por tu visita, como siempre.
Precioso post Amara! Me ha encantado y encima he aprendido un montón.
ResponderEliminarGracias por acercarnos la ciencia de esta forma
Gracias a ti, Anónimo por leerlo. Me alegro mucho de que te haya gustado! :-)
EliminarMis felicitaciones doña Amara. Está usté hecha la Corín Tellado de la paleoliteratura romántica. Permítame usté que parasite este espacio incluyendo este cuentín que viene bastante al caso. Lo escribí hace algunos años y va en una línea muy paralela a su escrito. Que le guste. Cincuenta sombras de Green.
ResponderEliminarEmpezó a excitarse cuando notó que le acariciaban sus partes más sensibles y con exquisita delicadeza lamieron sus dulces néctares. Una infinidad de sensaciones recorrió su delicada flor. Sus estambres impregnaron de fértil polen las patitas de la abeja. A poca distancia, otra flor esperaba que el polen le fertilizase el gineceo. En ese momento el fruto empezaría a desarrollarse y un nuevo pepino llegaría al mundo y es que, las flores de Green el Pepino son muy lascivas.
Jajajajajajaja Hmmmm tú te has leído el libro, Manuel...
EliminarQué grande!!
Gracias por tu visita!
Muy buen blog, felicidades! Muy recomendado espero que continuéis así. Un saludo
ResponderEliminarGracias!!! Me alegro de que te guste Pablo.
EliminarUn saludo